Restauración del Pont Trencat: Elementos de acero autopatinable complementan las ruinas de este puente de piedra

Indaten®, el acero autopatinable de ArcelorMittal, se usó para reparar el “Pont Trencat” (puente roto), un puente de piedra medieval en Cataluña. Los arcos de acero, en su color suave rojizo marrón, complementan la interesante estructura de piedra de manera funcional y estética. Después de casi 200 años, el puente resucitó como pasarela que conecta de nuevo los dos municipios vecinos.

Descripción

Concepto de restauración: el contraste entre lo nuevo y lo antiguo

En 1811, durante la Guerra de la Independencia, se destruyó el arco principal del 'Pont Trencat', y así permaneció sin que nadie intentase en repararlo durante casi ciento noventa años, hasta que, en 1996, vecinos de los dos municipios que une el puente, Sant Celoni y Santa María de Palautordera, a cincuenta kilómetros al nordeste de Barcelona, crearon la Associació Pont Romà 2000 con el objetivo de recaudar fondos para acometer su restauración.

Primeramente se realizaron diversos trabajos arqueológicos y documentales para recabar toda la información disponible sobre la historia y la secuencia constructiva del puente. Se localizaron restos del desaparecido arco, así como parte del antiguo pavimento del puente en ambos márgenes.

A pesar de ser considerado un puente romano - de hecho, está situado sobre la Vía Augusta -, no se encontraron vestigios de esa época. No se sabe a ciencia cierta cuándo se construyó la parte que aún se conserva, pero en ciertos documentos encontrados se hace referencia a que en 1453 se realizaron importantes obras. Es bastante probable que su forma actual, con su arco ojival, date de esa época.

Una cuestión primordial a la que tuvieron que hacer frente los arquitectos fue decidir qué tipo de actuación deberían llevar a cabo. Dado que su objetivo era recuperar la funcionalidad del puente -para uso exclusivamente peatonal-, fue necesario decidir entre devolver a los restos del monumento su forma original o reconstruir la parte que faltaba con una forma nueva, diferente de la que había tenido en el pasado.

Fue una decisión difícil, cualquiera de ambas opciones iba a resultar polémica. Pero dado que el puente fue destruido hace ya mucho tiempo, nadie sabe cuál era su aspecto antes de que se viniera abajo. Si se hubiera tratado de devolver al puente su forma original, habría sido necesario inventarse la información de la que se carecía. Además, los vecinos estaban acostumbrados  a la silueta rota del puente, como refleja su nombre en catalán, 'Pont Trencat', el puente roto.

Siguiendo las ideas de algunos ilustres teóricos de la restauración, como por ejemplo, el austriaco Alois Riegl (1858-1905) y el italiano Camillo Boito (1835-1914), se pensó que sería más adecuado construir la parte derrumbada con una estructura moderna, de tal forma que resaltase el contraste entre la parte nueva y los restos existentes, en lugar de tratar de hacer una reproducción mimética.

Restauración estructural

La estructura construida está compuesta de un tablero de dos vanos, formado por una viga de acero de sección en cajón de 3 metros de altura, sustentado sobre tres pares de apoyos, dos en los extremos y uno intermedio situado sobre la clave del arco ojival, de una luz de 24 m. Para resaltar la antigua silueta, los parapetos del tablero del puente se prolongan a lo largo de los restos de la antigua estructura, de manera que la línea superior del nuevo tablero y el intradós del arco de acero siguen la forma que pensamos que tenía el viejo puente, en un intento de que la nueva estructura evocase la silueta perdida del puente original.

Las obras se desarrollaron en tres fases. En la primera, se consolidaron y se repararon los restos existentes tratando de mantener una actitud no intervencionista. Evitamos cualquier elemento que pudiera alterar su aspecto tradicional, y, cuando ello no fue posible, por ejemplo, a la hora de reforzar la parte inferior de los muros laterales que estaban descalzados, resaltamos nuestra intervención utilizando un material totalmente diferente, en este caso, hormigón. También se construyó la nueva cimentación del arco, en la orilla izquierda.

En la segunda fase se ejecutaron los estribos del tablero, uno sobre los restos existentes y el otro sobre el margen izquierdo. La estructura metálica se fabricó a setenta kilómetros de la obra, y se transportó en cinco piezas, tres para el tablero y dos para el arco.

Para el montaje, primeramente se izaron las dos piezas del arco y se soldaron en la clave. En el caso del tablero, antes de izarlo, se soldaron dos de sus piezas y, a continuación, se colocó en dos piezas soldadas entre sí, una vez estuvieron en su posición definitiva.

En la tercera fase se realizaron los pavimentos y el resto de los acabados. Sobre el puente se optó por colocar un piso de madera para ofrecer a los peatones un material con un tacto más cálido, en contraste con la frialdad del acero. En los accesos en cada lado para el pavimento se utilizó una combinación de granito rosa y piezas de hormigón lavado.

El alumbrado público sobre el puente se dispuso empotrado en los parapetos del tablero; en cambio, en las zonas de acceso se instalaron farolas. La iluminación monumental se situó sobre los márgenes, sobre el nivel de máximas avenidas.

Xavier Font: 'Creemos que, con nuestra propuesta, hemos logrado recuperar el uso del puente, pero, de alguna manera, el puente sigue estando roto'.

Información del proyecto

  • Sant Celoni y Santa Maria de Palautordera
  • España
  • Arquitecto:
    Xavier Font Solà
  • 2003
  • Promotora:
    Ayuntamiento de Sant Celoni, Ayuntamiento de Santa Maria de Palautordera, Associació Pont Romà 2000
  • Ingeniería:
    Xavier Font Solà, Ingeniero de caminos, canales y puertos. Alfa Polaris S.L.
  • Constructora:
    SAPIC
  • Fotos y texto:
    Xavier Font Solà