Centro de Acero ArcelorMittal Flémalle: Un ejemplo de construcción sostenible con acero

Descripción

Este proyecto, diseñado totalmente de acero, debe mucho a su tipo de construcción:

• Poca separación del suelo, ligereza del edificio
• Gran transparencia y luz natural
• Industrialización y costes controlados

El edificio, además, ha sido objeto de una certificación «Valideo Construction durable» que valora «la calidad de lo construido y el respeto del medioambiente». La evaluación se basa en criterios tales como el rendimiento energético, la elección de los materiales, la gestión del agua, la gestión de la obra, el confort acústico, el confort visual, la accesibilidad, etc., temas tratados en el diseño y la construcción del Centro del Acero.

Un procedimiento responsable ecológicamente

La programación de este edificio de oficinas ha estado de golpe marcada por la intención de incluirlo en un procedimiento medioambiental, respetando siempre unas exigencias presupuestarias estrictas. El pliego de condiciones se preparó minuciosamente y se elaboró de acuerdo con el personal afectado, para favorecer el trabajo de los arquitectos.

El programa y las exigencias mencionadas se han traducido en disposiciones arquitectónicas y equipos específicos, como la consideración de la instalación para ubicar el edificio y darle su orientación. La elección de los materiales, con el acero como material dominante – obligatorio en la estructura y revestimiento, y presente  hasta en la obra menor y el mobiliario (700 toneladas en total) – ha permitido una industrialización importante, una obra rápida y una construcción en seco.

Se ha prestado especial atención al uso y al confort del personal, con el fin de crear un ambiente de trabajo estimulante asociado y evitar cualquier funcionamiento dispendioso.

La instalación de sistemas de ahorro de energía y de recursos y de sistemas basados en las energías renovables tienden a hacer de este edificio un «Passive building». En total, en el edifico se han estudiado ciento cincuenta medidas asociadas al desarrollo sostenible: desde la elección de los materiales y de la arquitectura del edificio hasta la recogida selectiva, la elección de los electrodomésticos y de los productos de limpieza.

En un paisaje industrial

El amplio solar en el que hoy se erige el Centro del Acero albergaba antiguamente una planta de fabricación de tubos. Plagado de infraestructuras muy pesadas unidas por La Meuse muy cercana, estaba ocupado a 10 metros de profundidad por galerías. La planta, contaminada por aceites y gas, ha sido objeto de trabajos de descontaminación por la región valona. La elección de un edificio sobre pilotes responde, en principio, a esta preocupación, evitando el contacto directo con el suelo.

La ubicación del edificio separado de la carretera muy transitada que se extiende a lo largo del río se ha realizado contando con que otros edificios terciarios del mismo tipo podrían ubicarse cerca en el futuro. Se ha creado como una referencia, visible desde varios puntos y de fácil identificación.

Un edificio simple y ligero

La arquitectura del Centro del Acero refleja la voluntad de ArcelorMittal de no abusar de los recursos del planeta. Realizado con cuidado, su forma es la expresión de su función y su construcción refleja opciones razonadas en cuanto a organización y a los materiales utilizados.

El edificio, sobre pilotes, tiene una forma sencilla: un paralelepípedo de 80 metros de largo por 16 metros de fondo, que incluye cuatro pisos de despachos y de salas comunes. En la planta baja, una cámara de cristal contiene el hall de entrada al mismo nivel y el restaurante de empresa programado durante el proyecto. Se insinúan bajo los pilotes. La circulación vertical, deliberadamente desplazada a la fachada sur, marcada por su casquete que sobresale por encima del techo, rompe con la horizontalidad de la fachada, al tiempo que deja entrever la organización del edificio.

La estructura de acero del edificio, relativamente ligera – calculada para una resistencia de 350 kg/m2 –, combina postes circulares con postes alveolares y forjados de tipo colaborante. Por las vigas alveolares pasan los conductos de los fluidos, de tal forma que se aproveche la altura total de los techos. Los postes están visibles en todo el edificio, haciéndose eco del modo constructivo adoptado.

Una arquitectura metálica luminosa

La luz natural penetra en todo el edificio y en todas las direcciones, reduciendo el recurso a la luz artificial, que además se genera por un sistema automático, que evita el consumo innecesario.

En efecto, el edificio está generosamente acristalado mediante un sistema de muro cortina en sus cuatro fachadas. La fachada sur, dotada de un doble acristalamiento para atenuar la radiación solar, se diferencia del resto por una serie de frisos anchos horizontales realizados con chapa de acero lacado. Dichos frisos, cerrados en ambos extremos por un friso vertical, continúan por la fachada, enmarcándola.

La transparencia no solamente ha sido estudiada en la fachada, sino también en el acondicionamiento interior y de ella se desprenden formas de uso. Colocados exclusivamente en la fachada para aprovechar al máximo la luz natural, todos los despachos, en su mayoría para dos a cuatro personas, están separados por pasillos de paredes enteras de cristal; los despachos en partes traseras son paisajísticos. Esto permite a la luz natural entrar hasta el centro del edificio y tener puntualmente una doble orientación visual.

Cuando la luz del día resulta insuficiente, la iluminación artificial toma el relevo, en cuanto detecta una presencia humana. La iluminación está incrustada en los falsos techos; no se ha previsto ninguna lámpara de oficina.

Entre los pisos 1 y 2, así como entre 3 y 4, se han ahorrado tolvas para crear zonas de ventilación y romper la linealidad de los niveles. En vez de dichas tolvas aparecen zonas comunes de doble altura.

Confort acústico y térmico y recurso a las energías renovables

Con independencia del método de calefacción, electricidad o gestión del agua, los sistemas adoptados ahorran energía y utilizan, en la medida de lo posible, las energías renovables.

De este modo, además de su aspecto estético, los falsos techos de chapa de acero perforado desempeñan una función acústica y térmica. Serpentines colocados en contacto con la chapa difunden de forma homogénea el calor o el frío, según la estación. Están conectados a una bomba de calor alimentada por siete pozos de sondeo de 15 a 30 metros de profundidad. Así, a pesar de que el invierno ha sido relativamente frío el primer año de funcionamiento, el recurso a la caldera de gas adicional no ha sido necesario.

Un sistema mecánico de ventilación renueva el aire en el edificio entre los despachos, los pasillos y los baños, dado que las fachadas no disponen de batientes, salvo en línea con los ascensores.

El mobiliario, idéntico en todos los despachos, pero adaptable en cada uno de ellos – altura regulable de las mesas, butaca ergonómica, etc. – está diseñado con materiales no emisivos y absorbentes desde el punto de vista acústico.

El agua de los baños procede de una cisterna alimentada con agua de la lluvia. Detectores solares en el techo alimentan el circuito de agua caliente y paneles fotovoltaicos, integrados en un tejadillo en las proximidades del edificio, contribuyen a alimentar el circuito eléctrico.

Ingeniería contra incendios

Se ha adoptado un sistema de ingeniería con el fin de responder de forma correcta a la normativa. Así, los postes de estructura están llenos de hormigón armado y solamente las vigas situadas a nivel de los postes gozan de flocaje. No se ha aplicado ninguna pintura intumescente. Además de la satisfacción de un buen enfoque, perfectamente adaptado, este sistema aporta una mayor libertad de diseño y se inscribe en una economía más ajustada.

Obra rápida y segura

La exigencia que se ha dado al funcionamiento del edificio en beneficio final de los usuarios y del contratista vuelve a aparecer en el desarrollo de la obra. En efecto, la estructura de acero induce una prefabricación avanzada y una obra en seco, con el menor impacto medioambiental. El montaje de cada nivel se ha realizado en tan sólo quince días y la obra ha tardado un total de seis meses y medio. El calendario fijado en un principio se ha cumplido escrupulosamente, hecho lo suficientemente raro en construcción como para ser digno de mención.

Además, y de conformidad con el objetivo inicial, la obra se ha llevado a cabo en estrictas condiciones de seguridad.

Gérald Jacques, Director del Centro del Acero ha seguido el proyecto de la A a la Z. La construcción del Centro del Acero ha sido la ocasión para reflexionar y definir objetivos precisos orientados a una construcción sostenible desde el diseño.

"Hemos integrado tanto el transporte de los materiales  – el menor posible –, la seguridad y la limpieza de la obra como la eficacia energética, tendiendo hacia el no consumo de energía fósil, el reciclaje al final de la vida útil o incluso el confort de los usuarios, la accesibilidad para los discapacitados…

Hemos querido aplicar a uno de nuestros edificios el procedimiento de tipo «passiv building» utilizando al máximo productos del Grupo y demostrando así que el acero en la construcción permite responder a las exigencias del desarrollo sostenible. El edificio ha recibido, además, la certificación «Valideo construction durable» y, en el futuro, está prevista una evaluación de su rendimiento en funcionamiento."